Siéntate en una posición cómoda que te permita permanecer quieto/a durante un tiempo. Una vez sentado, comienza a tomar conciencia de tu respiración y de tu cuerpo. Observa el ciclo de la respiración, y dirige la atención hacia la zona en la que se haga más evidente. A continuación abre la atención hacia el cuerpo como un todo, permitiendo que se relaje. Permítete notar la sensación de gravedad y firmeza, relajándote a la firmeza de la estabilidad y el arraigo de tu cuerpo y presencia con la tierra. Ahora desplaza tu conciencia a la zona de la columna vertebral. Notando las sensaciones de toda tu columna, de arriba abajo. Aprecia lo vertical, lo fuerte y flexible que es. Tal vez puedas moverte ligeramente de un lado a otro, sintiendo el balanceo y el movimiento de tu espalda y al mismo tiempo, la fuerza y sostén que aporta. Puedes reconocer esta firmeza afirmando “espalda fuerte”.
Repitiéndolo una y otra vez. Notando, además, la conexión entre tu espalda y tu
cerebro. “Espalda fuerte”. Desplaza ahora tu atención hacia la zona de abdomen, respirando profundamente y notando la entrada y salida del aire. Observando la estabilidad que esto también ofrece. Recorre tu abdomen hasta la zona de tu pecho y nota cómo se abre a la experiencia. Permítete estar presente con tu propio sufrimiento, notando todas las sensaciones que emergen de tu pecho, al mismo tiempo que repites “corazón suave”. Nota la sensación de tu corazón permeable y abierto.
A través de tu pecho abierto y receptivo puedes sentir compasión hacia el mundo
y hacia ti mismo/a. A través de tu columna fuerte puedes notar la ecuanimidad.
Permite que estas dos cualidades se entremezclen; permite que una dé forma a la otra aportándote una presencia genuina y atenta. Espalda fuerte, corazón suave.
Por último, dirige tu conciencia a los hombros, notando cómo éstos se relajan.
Expandiendo esta atención a todo el cuerpo. Toma algunas respiraciones profundas expandiendo la fuerza y suavidad a todo el cuerpo. Permite esta que esta sencilla práctica confiera estabilidad y profundidad a tu trabajo y meditaciones.
Basada en la meditación original de Joan Halifax, PhD. tomada del libro “Estar con los que mueren. Cultivar la compasión y la valentía en presencia de la muerte” (2019) publicado por Kairós (Barcelona).