Adopta una postura cómoda y toma algunas respiraciones profundas. Dirige la atención al cuerpo y cómo se siente en esta posición, dónde el cuerpo hace contacto con la silla, el cojín, el suelo… Recuerda alguna situación en donde hayas vivido emociones muy fuertes respecto a alguien. En la que hayas estado muy enojada/o o similar con tu hijo/a o alguna otra persona cercana. Trae este recuerdo a toda tu experiencia presente, sintiendo las emociones con intensidad así como la incomodidad o la inconformidad respecto a la situación e incluso tu propia experiencia. Imagina el conflicto vívidamente como si estuviera sucediendo ahora mismo. ¿Con quién estabas? ¿Qué estabas diciendo y haciendo? ¿Qué es lo que la otra persona estaba diciendo o haciendo? ¿Qué notas en tu cuerpo? ¿Cuáles son tus impulsos a actuar? Cuando tengas toda la imagen vívida del conflicto, regresa una y otra vez a tu
experiencia corporal de este momento, a tus emociones y a tu respiración. ¿De qué
sensaciones corporales, sentimientos y pensamientos eres consciente ahora mismo?
¿Puedes comenzar a ser compasivo/a contigo mismo/a en este momento? Puedes decirte
a ti mismo que hay permiso para sentir lo que sea y no es necesario cambiarlo. Es lo que hay, está bien. Dale la bienvenida a cualquier modificación de la experiencia, a cualquier sentimiento nuevo o viejo que aparezca. Ahora, prestando atención a la respiración, el movimiento de la respiración a tu cuerpo….Toma tres respiraciones profundas con plena conciencia ampliando la atención al cuerpo como un todo, consciente de cualquier tensión, emoción, etc. Cuando estés listo para ello, en la próxima exhalación, cambia la atención hacia la otra persona (tu hijo/a, pareja…). ¿Cómo es el sentimiento de la otra persona, qué emociones está experimentando, qué sensaciones corporales, pensamientos, deseos, tendencias de acción…? Permítete sentir lo que estás sintiendo y permite a la otra persona sentir lo que está sintiendo. Dale espacio a ambas experiencias. ¿Puedes permitirle sentir su enojo, tristeza, herida…? ¿Puedes entender a la otra persona desde su perspectiva? Dirige compasión también hacia esta otra persona, así como entendimiento y amabilidad. ¿Qué te gustaría decirle a la otra persona ahora, desde este nuevo entendimiento? ¿Podrías expresarte ahora, con esta amplitud de comprensión y compasión? ¿Podrías ir más allá y expresar tu perdón? Toma algunas respiraciones profundas permitiendo desvanecer todas las imágenes y experiencias previas. Regresa la atención a la respiración y comienza a abrir los ojos suavemente.